OBISPO.
PATRONO DE LOS ESTUDIOS DE LA ORDEN.
Es uno de los santos de mayor brillo de la Orden de San Agustín y uno de los grandes santos españoles del siglo XVI. Nació en Fuenllana (Ciudad Real) en 1486. La educación recibida de sus padres y su paso como alumno por el colegio franciscano de Villanueva de los Infantes, marcaron en su alma una especial sensibilidad por los pobres. Más tarde sería llamado “Limosnero de Dios” y “Arzobispo de los pobres”.
La Universidad de Alcalá, donde obtuvo el título de Maestro en artes, dejó en Tomás una profunda huella humanista. Pasó a Salamanca y aquí ingresó en el Convento de San Agustín, donde profesó en 1517 el 25 de noviembre. Después de la Ordenación Sacerdotal le encomendaron tareas de gobierno como Prior, Provincial, Visitador…Su mayor empeño era la vida de la Comunidad y la observancia responsable de las normas. También promovió el envío de misioneros agustinos al Nuevo Mundo. Confesor y predicador de Carlos V, fue propuesto, contra su voluntad, para Obispo de Valencia en 1544. Al conocer la noticia, el P. General de la Orden, Jerónimo Seripando, felicitaba a Fray Tomás y a la diócesis valentina “que tendrá un pastor como lo describe San Pablo”.
Fray Tomás encontró una diócesis abandonada, después de un siglo sin obispo residencial. Se distinguió por su tarea reformadora en la diócesis, su preocupación por la formación del clero, su entrega al servicio de los pobres y su amor a la Virgen María. Visitó todas las parroquias, convocó un Sínodo en 1548; adelantándose a Trento fundó en 1550 el Colegio-Seminario de la Presentación para atender la formación del clero, asistió a los pobres e intentó la evangelización de los moriscos.
El obispo agustino de Valencia vertía su formación universitaria en la predicación y en sus escritos ascéticos y místicos. Sus fuentes eran la Biblia, los Padres de la Iglesia –con atención especial a San Agustín- y los autores espirituales de la época.
Murió en 1555. Fue proclamado Santo por Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688.
Por su celo apostólico, su doctrina, su atención a los pobres y sus intuiciones pastorales, ha pasado a la historia como modelo de Obispo. Sus restos mortales se conservan en la catedral de Valencia.