PRESBÍTERO. AGUSTINO
Nació en Oropesa (Toledo) el 17 de Octubre del 1500. Enviado a la Universidad de Salamanca entró en la Orden en 1522. Profesó en manos de Santo Tomás de Villanueva. Sobresaliente en ciencia, santidad y celo apostólico forma parte de un grupo granado de agustinos que en el siglo XVI escriben uno de los capítulos más gloriosos de la Orden de San Agustín.
De carácter magnánimo y comprensivo.
Ordenado sacerdote ocupó diversos cargos.
En 1554, siendo superior del convento de Valladolid fue nombrado predicador real por el emperador Carlos V y, al trasladarse la Corte a Madrid, pasó al convento de San Felipe el Real y continuó en el mismo oficio bajo el reinado de Felipe II. Murió en 1591.
Escribió obras de carácter ascético y teológico, en las que demuestra su espíritu contemplativo, su alta valoración de la Eucaristía, su filial devoción a la Virgen María y su amor a la Orden Agustiniana.
En sus escritos y sermones abundan las citas de San Agustín, cuya obra conocía bien.
Quiso ser misionero y embarcó como evangelizador hacia el nuevo mundo. En 1547 –durante la travesía hasta Canarias- enfermó y los médicos le recomendaron regresar a la península.
A través de su extensa literatura espiritual se comprueba la solidez de su doctrina y se revela como maestro de oración, atento –al mismo tiempo- a las necesidades de los pobres.
Destaca su actividad como fundador de conventos de agustinos y agustinas y reformador de la vida religiosa.
Murió en Madrid el 19 de Septiembre de 1591 -día en que la Orden de San Agustín celebra su memoria-.
Fue canonizado el 19 de mayo del 2002 por Juan Pablo II. Sus restos, antes depositados en esta urna –aquí en esta iglesia de San Agustín de Valladolid-, fueron trasladados al convento de las MM. Agustinas Contemplativas que lleva su nombre, en la calle La Granja, de Madrid, donde reposan actualmente.