BEATO ANSELMO

OBISPO y MÁRTIR. AGUSTINO

Nació en Buenavista de Valdavia (Palencia) el 16 de abril de 1881. Entró en este Convento agustino de Valladolid y aquí emitió sus primeros votos en 1897. Pasó después a La Vid (Burgos) donde completó los estudios. Ordenado Sacerdote el año 1904, en 1922 fue nombrado Prior de Valladolid, y en 1932 Provincial de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas. Se distinguió por su amor a la concordia, su delicadeza de espíritu y su observancia religiosa.

El día 4 de mayo (en aquel tiempo fiesta de Santa Mónica) de 1930 (día señalado para la inauguración del nuevo templo, pero que necesidades inaplazables impidieron), el P. Provincial P. Gaudencio Castrillo, asistido por los PP. Definidores P. Felipe Landáburu y P. Anselmo Polanco, bendijo solemnemente la iglesia y a partir de aquel día comenzó la Comunidad a tener en ella los rezos y demás actos de culto, esperando el día de su definitiva apertura al público.

El 12 de junio, de este mismo año 1930, en la fiesta de San Juan de Sahagún, se efectuó la consagración de la nueva iglesia del Real Colegio Seminario de los PP. Agustinos Filipinos de Valladolid, iglesia cuyo titular es el dulcísimo nombre de Jesús. Ofició este ceremonial el Prelado Dr. Gandásegui.

En 1935 fue nombrado Obispo de Teruel.

Un año más tarde estallaría la guerra civil española. El pastor permaneció siempre al lado de sus ovejas prodigando consuelo y fortaleza. “He venido a dar la vida por mis ovejas” había dicho al hacer la entrada en la diócesis que el Papa le había confiado.

El 8 de enero de 1939, el Obispo P. Anselmo Polanco, vestido con el hábito agustino y acompañado por un grupo de sacerdotes diocesanos, se entregó al ejército ocupante. Prisionero, soporto fuertes presiones para que retirara su firma de la carta del episcopado que denunciaba ante la opinión pública mundial la persecución que sufría la Iglesia en España. Junto a su Vicario General, D. Felipe Ripoll, sufrió el encarcelamiento durante trece meses. Pocos días antes de concluir la guerra, el 7 de febrero de 1939, fue asesinado en Pont de Molins (Gerona). El lema de su escudo episcopal se hizo realidad: “Me sacrificaré y me consumiré por vuestras almas”.

Fue beatificado por Juan Pablo II el 1 de octubre de 1995.

Celebramos su memoria el día 7 de febrero.

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